Hoy en día pululan muchísimos discursos abogando por el autoconocimiento como si éste fuese la solución a todos los sufrimientos del ser humano. En este post, vamos a investigar un poco sobre hasta qué punto este discurso tiene veracidad o no.
Antes de comenzar a desgranar los aspectos de este post, te invito a que te hagas esta pregunta ¿En todos tus años de vida, no has sido capaz de conocerte ni un ápice?
Origen de esta necesidad
Una de las cosas más complicadas que nos pueden preguntar a un ser humano es, ¿estás seguro de que sabes quién eres? Esta pregunta le llevó al filósofo francés René Descartes a preguntarse a ver cómo podía él saber qué era verdad y qué no. Es verdad, que su frase tan famosa Pienso, luego existo dejó la idea de que el cuerpo y la mente van por lados distintos.
(Esto, para quién lo siga pensando, no es cierto y tenemos desde los estudios de carácter cualitativo de Luis Chiozza o la obra maestra de António Damásio, que es de metodología cuantitativa.)
Es más, si atendemos a cualquier cultura en cualquier momento de su historia, siempre hay figuras en la sociedad que intentan dar respuesta a las preguntas de corte espiritual. Podemos hablar desde chamanes u oráculos que con el uso de las drogas daban sus interpretaciones del mundo, o figuras religiosas que a través de sus cosmovisiones dan respuestas varias, como el Cristianismo o el Islam.
Si esto te parece difícil de entender, te recomiendo que leas la divertidísima obra Un antropólogo inocente para poder darte cuenta de que en todas las culturas hay una gran pregunta que siempre hace referencia a quién nos habita, como dirían los psicoanalistas, o si eres más de los clásicos, La peste es un buen ejemplo.
El autoconocimiento y la religión
Todas las religiones presentan algún método según el cual podemos conocer mejor la respuesta tan manida, ¿Quién soy yo?, el origen de la necesidad del autoconocimiento. Podemos ir al judaísmo, en dónde claramente se dice que es el pueblo elegido de Dios y si no la sociedad judía no avanza, se debe a un castigo o al budismo, en dónde el foco se pone en evitar .
Esta cosmovisión te podrá resultar más acertada o no, pero la realidad es que da una respuesta a quién eres y con todos los ritos religiosos judíos puedes ahondar en si eres digno del amor de Dios o no.
Si nos fijamos en una religión un poco más desconocida, como el budismo, vemos que además de unos dogmas morales, como todas las religiones, te indican qué te pasará en caso de no seguir los dogmas morales, como puede ser reencarnarte en animales o en otras personas. Es decir, nos ofrecen una explicación para quiénes somos en función de en qué nos hemos convertido, incluso nos avisan de a qué tipo de infierno iremos.
A pesar de que cada vez haya menos gente recurriendo a la religión como fuente de autoconocimiento, por lo menos en Europa, no podemos olvidarnos que la idea ser buena persona, generosa, etc.; está muy ligada al modelo de persona que se busca en las religiones, dependiendo de cada país una u otra.
Realidades del autoconocimiento
Hasta ahora solo hemos hablado sobre la importancia que ha tenido para el ser humano a lo largo de su historia poder saber quién y cómo es. Ahora veamos para qué nos puede servir.
A nivel emocional
Está claro que cuanto más autoconocimiento tengas sobre cómo te sientes y sobre cómo gestionas tus emociones, podrás adaptarte de una manera más eficaz a cada situación. Un ejemplo muy interesante es el que nos muestra la teoría del psicoanálisis y el concepto de mecanismo de defensa.
Si eres consciente de que tiendes a introyectar, tendrás que prestar atención a ver si lo que estés escuchando u oyendo, de verdad está dirigido a tu persona o quizás sea tu inconsciente quién te está jugando una mala pasada.
Fritz Perls y Laura Perls, su mujer, desarrollaron la Terapia Gestalt al darse cuenta de que las personas podían sufrir menos, en el momento en el que eran capaces de poder expresar de manera más veraz sus emociones podían sentir en mayor grado. Dicho así, quizás suene muy raro, pero si recuerdas las diferencia entre sufrimiento y dolor entenderás mejor esto.
A su vez, Pedro de Casso en su último libro, El potencial oculto en la Gestalt de Fritz Perls, explica de una manera magistral lo importante que es el autoconocimiento, para poder disfrutar de la vida. A mayor autoconocimiento, más capacidad para poder gestionar emociones diversas e incluso en mayor intesidad.
A nivel cognitivo
Es verdad, que el cuerpo y la mente no son habitáculos independientes, pero algunas veces por clarificar es necesario dividirlo. Sin embargo, recuerda que mente y cuerpo están muy unidos, como nos ha demostrado muchas veces psicosomatólogos tan importantes como lo fue Pierre Marty o Luis Chiozza.
Teniendo todo esto en cuenta, poder saber de qué pie solemos cojear a la hora de pensar, te llevará a conocer cuáles son los estereotipos a los que más recurres. No hay persona alguna que no los utilice, por lo que saber cuáles son los que más usamos, nos brindará la oportunidad de poder discernir si las conclusiones que estamos sacando son veraces o no.
A nivel fisiológico
Quizás este sea el apartado del autoconocimiento que más te cuesta de imaginar, ya que ¿Qué tendrá que ver la presión sanguínea con lo que estamos hablando? Por increíble que te parezca, las prácticas de autoconocimiento te pueden ayudar a tener una mejor salud física y éste en si mismo también.
La meditación, sea de una forma u otra, se ha demostrado que si se practica al menos 20 minutos al día, tiene efectos muy beneficios en el sistema inmunológico y en la reducción de la tasa de cortisol, ritmo cardíaco, etc. Es más, te puede ayudar en la gestión de la ansiedad.
La meditación te permite ahondar en tu autoconocimiento, ya que cada vez estarás más atento a cuando te «desconectas» de tu ser, lo que conlleva una mayor sensación de placer y de disfrute vital.
Mitos del autoconocimiento
Seguramente habrá muchos más aspectos a los que tener en cuenta para poder apostar por conocerse uno mismo más profundamente, aunque siempre que se ahonda en cualquier tema, nos vamos a encontrar con algunas figuras que afirman tener una verdad indiscutible, universal y además, panaceíca.
Aquí te presento los tres mitos más habituales que he escuchado y/o leído. Evidentemente, podríamos enumerar muchos más, pero estos son los principales que rescato yo.
Control de las emociones, pensamientos y el cuerpo
Muchas veces cuando alguien habla de autoconocimiento, lo expone como si fuese una herramienta capaz de decirte hasta tu recuento leucocitario.
Evidentemente, por mucho que te conozcas, nunca podrás estar al 100% seguro de que lo que sientas, pienses o intuyas a nivel corporal es veraz. Podrás hacer una estimación y tomar alguna decisión conforme a ella, pero nunca podrás tener la certeza absoluta.
Si esto te interesa o no te ha quedado muy claro, te recomiendo encarecidamente que leas el Error de Descartes, una obra de divulgación neurocientífica en la que se presenta una hipótesis muy interesante que podría explicar qué es la intuición.
Felicidad inmutable
Otras personas tienen discursos tales como, «Desde que pude comenzar a conocerme a mí misma/o soy la persona más feliz del mundo. Siempre sé qué es lo que quiero, siento y pienso». No hace falta tener que ir a leer el psicoanálisis lacaniano para darse cuenta de que hay algo que falla en ese discurso.
Nadie puede estar feliz siempre, ya que esto sería totalmente inadptativo, además de altamente peligroso para la vida de cualquier persona. Quizás te suene el término de indefensión aprendida, pero ¿positivismo patológico?. Rafael Pardo, es el autor del magnífico libro Felicidad tóxica, en dónde nos explica que myuchas de las cosas que nos cuenta Martin Seligman y ciertas pseudociencias hacen más mal que bien.
Entonces… ¿qué?
Hemos dicho que el padre de la psicología positiva ha desarrollado algunos conceptos de dudosa veracidad, que el autoconocimiento puede ser un buen elemento para cuidar nuestra salud física y mental, pero que está plagado de mitos.
Pero no te alarmes demasiado, te voy a dejar unas cuantas opciones interesantes y de calidad que te podrán guiar en tu camino de tu propio autoconocimiento.
Algunos libros que te pueden orientar
- Mindfulness para principiantes, ¡recuerda que este libro lo recomendé como posible regalo de navidades!.
- El Yo y los mecanismos de defensa, es una obra clásica de Anna Freud, la hija de Sigmund Freud, que te va a poder arrojar mucha luz sobre por qué te comportas como te comportas algunas veces.
- El hombre en busca del sentido, esta obra fue la que hizo inmortal a Viktor Frankl, padre de la logoterapia. Una obra preciosa, que te permitirá plantearte cuál es el rumbo que quieres dar a tu vida.