En la consulta estoy escuchando muchas veces soy idiota por sufrir a lo tonto, parece que me gusta. Siempre respondo lo mismo, sentir dolor es placentero, pero sufrir no. Nadie sufre por placer. Normalmente me suelen mirar mis pacientes con caras extrañas, pero es importante poder entender esta diferencia.
En este caso nos vamos a basar en dos corrientes terapéuticas muy distintas, el psicoanálisis y la PNL, que aunque esté muy cerca de las pseudociencias, hay aspectos que son interesantes de rescatar. Desde el psicoanálisis hablaremos sobre el cuerpo y haremos un brevísimo y superficial al concepto lacaniano de Goce y luego también lo que nos puede explicar esta corriente americana tan curiosa.
¿Qué es el dolor?
Hablar sobre dolor es siempre muy complejo, ya que a pesar de que es una sensación universal, no se puede hacer una definición concreta y aplicable a todas las casuísticas. Hoy en día todavía se sigue discutiendo como se siente el dolor a nivel físico.
Sin embargo, hay que entender este concepto como una sensación displacentera que aparece ante un estímulo externo o interno. Siempre que se habla sobre una sensación dolorosa podemos pensar en un golpe, duelos, emociones desagradables como tristeza, melancolía, etc. Sin embargo, en muchas conductas que las sentimos como placenteras hay ciertas dosis de displacer. El mejor ejemplo son las cosquillas. Hay quiénes aguantan horas y otras personas ni segundos, pero el principio es similar siempre, un cierto displacer. Lo que cambia es la tolerancia a éste.
(¿Te encanta que te anden en las plantas del pie o pegarías un salto triple mortal?)
El dolor y el sexo van unidos
Otra actividad en dónde suele estar presente nuestro protagonista es el sexo. No estoy hablando ni de relaciones sexuales violentas como las BDSM, sino de gestos como agarrar del pelo, morder alguna parte del cuerpo de la otra persona, etc. Está claro, que los tirones de pelo no son a priori lo más interesante que nos puede ocurrir, pero resulta que dependiendo de la situación puede resultar incluso excitante. Curioso, ¿verdad?
Esto explica la gran influencia que han tenido las obras del Marqués de Sade en la sociedad, sino ¿de dónde crees que sale entonces el nombre de sadomasoquismo? En estas prácticas, a diferencia de cómo se cree coloquialmente, no es ejercer dolor a diestro y siniestro. Sohaila Abdulali en su interesantísima obra De qué hablamos cuando hablamos de violación explica con gran atino que en estas prácticas hay palabras de seguridad para cuando el dolor pasa de placentero a sufrimiento.
¿Vas entendiendo la diferencia entre el dolor y el sufrimiento?
¿Adicción al dolor?
Quizás te pueda resultar curioso este apartado, pero recuerda que el placer es muy adictivo. Sino, preguntadles a las ratas del experimento de la caja de Skinner que murieron de placer… El gran problema de esta adicción, no solamente es que puede traer algunos problemas legales, éticos, etc.; sino que además se corre el riesgo de que se quiere ir subiendo de escalones en relación a los estímulos que dolorosos que son necesarios.
Actualmente existen prácticas cada vez más peligrosas en relación a la mezcla de dolor y placer, como puede ser introducir un puño por el recto o por la vagina, quizás con esta descripción no lo conozcas, pero seguro que conoces el término inglés de fisting. Ha habido varias personas hospitalizadas e incluso que han acabado falleciendo por este acto. El placer tiene que tener algún límite.
(Una vida en ese espacio sólo puede inspirarte para beber más y más de tu dolor).
Cuando no hay un límite para el dolor pasa a sufrimiento. Este paso puede conllevar que vivamos esa sensación como una bola de un peso incalculable que nos obliga a ir ahogándonos poco a poco en nuestra melancolía. Ésta es una compañera de viaje muy compleja, pegajosa y difícil de maridar con la vida.
¿Qué es el sufrimiento?
El sufrimiento, ya lo hemos adelantado antes, es la tasa de dolor excesiva, es decir, pasa de ser placentero a displacentero. No se puede saber de antemano qué es lo que va a pasar de doloroso a sufrimiento. Un martillazo en la mano, es directamente sufrimiento, ya que la tasa de dolor inicial es tan alta que no cabe duda que hay una gran ausencia de placer. Sin embargo, ¿derramar cera caliente? Depende de la persona… ¿ves por dónde voy?
El sufrimiento nunca puede ser placentero, ya que a priori no te reporta nada. Aquí viene una de las tesis de los psicólogos Richard Blander y John Grinder, Nadie quiere sufrir. Por lo que si crees que sufres por gusto, siento decirte que no es correcto, aunque sí que es probable que si que busques una cierta dosis de dolor, que después se convierte en sufrimiento.
¿Qué es eso del goce?
El psicoanálisis entiende que durante el proceso analítico tienes que poder renunciar a parte del goce. Éste, insisto, voy a describirlo de una manera muy sencilla y superficial, sería ese dolor que se transforma en sufrimiento en un momento dado. Dicho de otra manera, es una compleja mezcla entre el placer y sufrimiento. Esta mezcla, también explica por qué nos cuesta tanto desprendernos de ciertos síntomas. Además de ser muy pesados, también es un fragmento de placer al que tenemos que decidir renunciar.
(Onicofagia o comerse las uñas. Llevado a ciertos niveles es peligroso, pero a la vez a algunas personas les reporta placer).
No sé si será tu caso, pero seguro que conoces a alguien que ha intentado dejarse las uñas tranquilas varias veces. Hay quiénes lo consiguen y los que no, pero en cualquier caso, el problema es el mismo siempre: ¡No quiero renunciar a ese placer! Por eso muchas veces al proceso terapéutico se le llama «el proceso de renuncia».
¿Y todo esto para qué me sirve Paul?
Quizás pienses que este post es el más inútil de todos, porque quizás tu no tengas interés en las prácticas sadomasoquistas o que creas que eso del goce no va contigo. Es imprescindible que te des cuenta de que como todo el mundo sentimos dolor y disfrutamos de él. Los problemas vienen cuando ese dolor viene acompañado de una afección médica. Ojalá no sea tu caso, pero gozar, gozamos todas y todos.
A su vez, si no estás en disposición de renunciar a algo de tu forma de actuar, entonces lo más probable es que tu proceso terapéutico sea infructuoso o sea tan superficial el trabajo que hagas, que entonces verás que tus síntomas vuelven de una manera u otra.
A su vez, tienes que ser consciente de que si estás sufriendo mucho en este momento, no es porque te apetezca o haya una parte de ti ultra sádica que le encante verte con un dolor desenfrenado. Sí, es muy posible que tengas una parte sádica en tu interior, que busca cierta tasa de dolor, pero que si está demasiado exagerada todo lo que obtengas de ella siempre sea sufrimiento.
Si te interesa poder explorar estos aspectos de tu persona, no dudes en escribirme un correo, paul@indautxupsicologo.es, o entra en mi perfil profesional para poder solicitarme más información.
Bibliografía…
Ahora te dejo algunas ideas sobre libros varios que te pueden orientar en la exploración de ciertas áreas de tu persona, que sin lugar a dudas es la investigación más interesante que vas a llevar a cabo.
Este libro es un pequeño compendio de diversos aforismos de Jaques Lacan y una lectura moderna de los mismos. Tal y como comenté en la reseña del libro, no es accesible para cualquier persona. Si te animas a comprarlo y no tienes la seguridad de poder entenderlo, te invito a que esperes o que lo ojees un poco antes.
Joël Dor es un autor muy importante dentro de la divulgación del psicoanálisis. Seguramente te sonará de algún otro post en el que recomendé varios libros suyos. Este libro no he tenido la suerte de leer, pero seguramente te ayudará poder leerlo antes de comenzar el anterior propuesto. ¿Te animas a conocer a Jaques Lacan? (y de paso a apoyar al blog😁😁)
La obra de Fernando Martín Aduriz es una vieja amiga en este blog, pero no por mucho conocido deja de ser una maravilla de libro y encierra muchísimos secretos muy interesantes. Este libro puede ser una buena oportunidad tanto para clínicos como para pacientes. En el camino del autoconocimiento siempre se gana, aunque tengas que renunciar. ¿A qué esperas para comenzar el viaje?