Hoy os hablo de un regalazo de Gedisa que trata un tema muy duro, pero muy necesario a su vez. En este caso Boris Cyrulnik hace un pormenorizado estudio sobre el suicidio infantil. A continuación veremos todos los puntos puntos positivos y negativos del libro, pero lo primero que hay que decir es que no es una novela. La temática es dura y seguramente más de una persona lo dejará de lado.
Yo os invito a que lo leáis a pocos. Si se lee todo de una, es cortito, apenas tiene 139 páginas, posiblemente no puedas entender todo el texto y mucho menos dejarte tocarte por las palabras de este escritor francés.
En otros momentos hemos hablado sobre la prevención del suicidio en la adolescencia y también sobre el dolor que produce una muerte repentina de un familiar nuestro.
Aspectos positivos…
Antes lo adelantaba, es muy breve el libro. Se agradece que el autor no se enrolle en miles de explicaciones complicadas o reflexiones imposibles de seguir. Esto facilita el seguimiento y sobre todo poder reflexionar sobre lo que se está leyendo.
Es verdad, que mezcla neurología y psicoanálisis, pero lo hace de una manera muy didáctica, una mezcla entre António Damásio y Massimo Recalcati. Da igual si no tienes ningún conocimiento sobre estas ramas del conocimiento, ya que no se van a dar términos muy complejos. En caso de que me equivoque, no dudes en escribirme y te intentaré dar algo de luz.
Este autor deja varias preguntas abiertas para que cada cual saque sus propias conclusiones y siga investigando qué nuevos caminos se pueden abrir respecto a este tema tan duro de leer e investigar.
Como entender el suicidio en la infancia
Algo que es importantísimo es que el suicidio adulto no es el mismo que el infantil. En el adulto normalmente suele hacerlo de manera muy consciente. En la infancia la muerte no se entiende de la misma manera. Hay que tener en cuenta el hecho de que en esta época la muerte no se entiende como algo categórico. Es decir, un final absoluto.
En este caso, los y las más pequeñas lo entienden como un cese del dolor y después tener la capacidad de seguir hacer la vida habitual. En la vida adulta se quiere poner fin a la vida, en la infancia sería más bien, tomar una especie de pastilla que alivie el dolor, para luego dar paso al bienestar.
Los intentos fallidos o completos suelen presentar como accidentes habituales, como caídas a un río, salir de un autobús en marcha o un atropello. En los casos más drásticos también se puede ver ahorcamientos o el uso de medicamentos como elemento para acabar con su vida. Por esta razón es tan difícil de poder cuantificar la tasa de suicidio infantil, ya que muchos intentos fallidos o fatídicos se confunden con accidentes habituales.
¿Se puede prevenir este terrible acto?
La respuesta es un SÍ rotundo. Se puede prevenir cualquier intento de poner fin a la vida, sea en una persona joven, adulta o anciana. En caso de que estés pensando en suicidarte, te recomiendo encarecidamente que llames al 717 003 717, el número del teléfono de la esperanza. Es el de España, pero seguro que en tu país tienes alguna asociación o centro que te puede escuchar y apoyar en ese momento tan crítico que estás viviendo.
La mejor prevención siempre es aquella que comienza lo más pronto posible. En este caso, ésta debe comenzar desde el propio embarazo. Hablar a la futura criatura, poder fantasear sobre quién será, en qué se convertirá o el simple hecho de escoger el nombre, va a permitirnos relacionarnos con él o ella de una manera mucho más cercana y amable que si no lo hacemos.
Cuanto más se le hable a un bebé, más se le toque, ¡no se malinterpreten mis palabras por favor!, tendrá un desarrollo cerebral y emocional mucho más rico. Esto va a permitir que se cree una base segura mucho más firme y por ende estaremos sembrando muchas semillas para conseguir que nuestra hija tenga un estilo de apego seguro.
Todo esto va a permitir que ante cualquier situación crítica la persona pueda tener más herramientas personales para poder hacer frente a ésta y pueda solicitar ayuda. En definitiva, el suicidio siempre es una respuesta a alguna situación muy dolorosa, pero por suerte hay diversos espacios en los que te pueden ofrecer apoyo de calidad y quizás ayudarte a vislumbrar un camino nuevo.
Aspectos negativos…
La única pega que le encuentro es que he echado de menos más orientaciones teóricas en relación a cómo las nuevas formas de vincularnos pueden estar afectando al mundo emocional de las personas, en mi opinión, empobreciéndolas, y por ende aumentando el riesgo de suicidio.
Es verdad que hay mucha crítica a las sociedades modernas, que se vanaglorian de ser más desarrolladas que otras, pero en realidad tienen una peor salud mental que aquellas menos desarrolladas, paradójico, ¿no?.
Creo que hubiera sido muy interesante poder explorar el concepto que acuño Zygmunt Bauman, amor líquido. Que hace referencia a lo superficiales y poco profundos que son los vínculos que tendemos a tejer en la actualidad unas personas con otras. Un ejemplo claro es la necesidad de juntarnos con otras culturas, pero con un gran miedo y deseo de endogamia.
Valoración final
El libro es uno de esos que necesitas tener en la biblioteca de tu consulta, y si no la tienes, ¡compra una ya! ¿Cómo puedes tener algunos libros de referencia y guía en tu espacio de trabajo?
Es claro y conciso. En otros momentos el autor se va por los cerros de Úbeda, pero en este caso sigue un camino concreto y firme. No se desvía por cualquier meandro haciendo que el lector se pierda entre figuras literarias y juegos de palabras.
Los dos aspectos que lo hacen necesario tener en la biblioteca de tu consulta, es su final. Una serie de lugares dónde pueden encontrar apoyo las personas de diversos países en torno al suicidio y también las claves para poder hacer un buen proceso de prevención.
¿Qué podemos hacer con todas las hipótesis?
A lo largo del libro te encontrarás con muchísimas hipótesis sobre las diferencias demográficas en torno al tema tratado. Yo lo tengo claro, dándome un tiempo, seguir pudiendo explorar qué sucede en otras culturas, ayudar a desmitificar estas conductas, etc.
¿A quién se lo recomendaría?
En este caso, no creo que sea un libro para cualquier persona. Quizás la temática del suicidio le pueda resultar interesante a muchas personas, pero creo que el público objetivo son personas que trabajen en el mundo sanitario o con personas.
Hay matices que para poder entenderlos es necesario trabajar o haber trabajado en acción directa con personas, bien sea acompañándolas, escuchándolas terapéuticamente o diagnosticándolas, etc.
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