El término catarsis viene del griego y hace referencia a purificación o purga a nivel emocional. El primero en trabajar con este término fue Josef Breuer, un íntimo amigo de Sigmund Freud. Es más, gracias a un incidente que tuvo Breuer, en otro post os contaré más, el psicoanálisis pudo avanzar muchísimo al descubrir la transferencia.
¿Qué es la catarsis?
Vamos al grano, la catarsis es una expresión emocional que normalmente suele ser de manera un poco violenta. Imaginad que tenemos una presa en nuestro interior y en un momento la dinamitamos, es evidente que sale a gran velocidad y golpeando todo lo que encuentra. Cuando Freud comenzó a desarrollar la práctica psicoanalítica, comenzó a utilizar la catarsis, ya que pensaba que las personas podrían equilibrarse a nivel pulsional. Sin embargo, al de poco tiempo descartó esta práctica, ya que se dio cuenta de que las personas solo obtenían un bienestar muy temporal.
El problema de la catarsis es que esa liberación emocional sin elaboración, sin pasarlo por la palabra, sirve tanto como agitar una botella de agua cerrada para vaciarla. Es verdad que a pesar de que se ha demostrado su incapacidad, sigue habiendo figuras que apuestan por ellas, como el autor de Clown esencial, puedes leer un resumen del mismo, o el famoso Claudio Naranjo. Es verdad que en la gestalt algunas veces sí se utilizaba la catarsis, pero después, tanto Fritz y Laura elaboraban con los pacientes sus relatos. Es más, Alexander Lowen y Wilhelm Reich, antes de perder la cabeza, son los que más utilizaban la catarsis, pero siempre con un relato.
¿Es útil la catarsis?
Muchos experimentos han demostrado que la catarsis es inútil y el mejor ejemplo es la violencia. El antiguo dicho, «La violencia solo genera más violencia» es totalmente cierto, Rafael Pardo, el autor de Felicidad tóxica, nos animaba a recuperar la sabiduría de algunos refranes. Si practicas boxeo para canalizar tu ira, lo más probable es que solo consigas enfurecerte más. Si practicas este deporte y además escribes, posiblemente sí que puedas canalizar ese malestar, aunque también puedes buscar la vía creativa.
Como habréis podido entender en el post, no soy muy partidario de esta catarsis, por lo que la bibliografía que os voy a dejar es referente a emociones:
- Las cuatro emociones básicas
- El monstruo de colores, muy buena para trabajar con los niños.
- La ansiedad que no cesa