¿Qué es eso de las estructuras clínicas?

estructuras clínicas

A lo largo de muchos posts habréis leído varias veces el concepto de estructuras clínicas y ahora te voy a intentar hacer una breve introducción.

Este concepto fue acuñado por Freud, el padre del psicoanálisis, cuando se dio cuenta de que en el discurso de sus pacientes había diferencias bastante sustanciales. Éstas daban pistas muy claras sobre cómo interpretaban el mundo y cómo actuaban en él.

Al principio Freud desarrolló dos grandes estructuras, psicosis y neurosis. Años más tarde Lacan perfiló una tercera estructura, la perversión. Es verdad que el padre del psicoanálisis sí que conocía esta forma de estar en el mundo, mas no la vio como una estructura per se.

Es importante tener en cuenta que Freud plantea que las estructuras son como espacios estancos, es decir, si eres neurótico lo eres y listo no puedes ser nada más. Melanie Klein fue una psicoanalista de gran renombre que apuntó que hay núcleos. Esto significa que hay rasgos de personalidad que pueden ser de una u otra estructura, aunque uno sea neurótico.

¿Cómo se da eso de las estructuras?

Cuando Freud explica su famoso complejo de de Edipo no quiere simplemente afirmar que los y las infantes tienen sexualidad, que la tienen. Este momento, suele darse a los 5 años, va a ser crucial para que pueda tener una u otra estructura.

Lacan, va a dar un paso más allá y matizará dos cosas. La primera es que hay un paso previo en el desarrollo de las estructuras clínicas. Es decir, que éstas no se dan a los 5 años, cuando suele aparecer el complejo de Edipo freudiano. Este paso se llama «estadio del espejo«.

Ese momento en el que el bebé se reconoce en el espejo. Esos momentos son cruciales, ya que si la bebé se reconoce en el espejo entonces será neurótica, si por el contrario no lo hace hablamos de psicosis. ¿Qué pasa en el caso de los niños y niñas con ceguera? ¡La verdad es que no lo sé, pero si tú lo sabes te invito a que lo comentes en la noticia!

El segundo matiz que añadirá el psicoanalista francés es que la persona tiene que orientarse en su propia estructura. Es decir, se puede ser psicótico o neurótico, pero hay muchas formas de vivirlo.

José María Álvarez va un paso más allá y dice que las estructuras clínicas no son cajas estancas, sino un continuo en dónde hay diversas opciones. Imagina una vía recta en la que cada X kilómetros hay una estación. Esas estaciones serían las estructuras clínicas, mas la cuestión es que podemos viajar, con límites, de una a otra. Por lo que, podemos hablar en términos de más o menos locura, pero en el fondo, todos estamos un poco «locos».

Actualmente se habla mucho de los Trastornos Límites de la Personalidad. La realidad es que para muchas personas es un cajón de sastre en la que entran todos los diagnósticos que son bastante complejos de categorizar. El psicoanálisis lacaniano tiene dos opciones o llamarles inclasificables, es decir, no tiene una estructura concreta; o también psicosis ordinaria, una psicosis muy especial que nunca termina de brotar.

Psicosis

En esta categoría entra lo que conocemos como las enfermedades mentales. Desde la esquizofrenia hasta la melancolía. En el anterior link podéis encontrar una obra muy importante sobre la historia del desarrollo de las enfermedades mentales. En la última obra que reseñamos en el blog, Las voces de la locura, los autores hacen un viaje muy interesante sobre cómo ha ido cambiando la enfermedad mental y su principal síntoma, las voces, a lo largo de la vida.

Los brotes psicóticos son experiencias de muchísimo dolor en el que la diferencia entre la realidad externa e interna es tan grande que es necesario que esa cuerda se rompa para luego volver a tejerla. Para nada es sencillo de gestionar ni de padecer.

Neurosis

Este concepto trae mucha cola. En muchos test se presenta como algo negativo, es más se habla del concepto de neuroticismo heredable. Esto nos lo muestra con gran destreza el autor Rafael Pardo del magnífico libro Felicidad tóxica.

En la corriente psicoanalítica se perfila como la opción más saludable, mas no es la salud como tal ni mucho menos, sino la más saludable. Esto es un dato importante, ya que no nos podemos olvidar que todos tenemos algo con lo que cojeamos.

Dentro de esta opción tendríamos la Histeria y la Obsesión. Coloquialmente se habla de mujeres histéricas y hombres obsesivos. Es verdad, que en los inicios del psicoanálisis se veía así. Esto no es por machismo, sino por los experimentos que desarrolló Charcot, maestro de Freud. Es verdad que este médico, trabaja con mujeres que tenían graves trastornos histéricos y es verdad que en la época victoriana había muchos hombres con grandes trastornos obsesivos.

Actualmente se habla de una posición histérica masculina o femenina o una posición obsesiva femenina o masculina. Es decir, que nuestro género no va a determinar de qué «fuente», histeria u obsesión, beberemos.

Muchos psicoanalistas actuales nos recuerdan que es importante conocer la estructura clínica de la persona, es decir, cómo está en el mundo y cómo se relaciona con sus miedos, valores, pasado, etc.

Entonces, ¿qué es lo importante? Recordar que estamos delante de una persona individual. Tenemos que escuchar cómo esa persona de manera concreta está en la vida, qué le hace sufrir y qué le hace tener los síntomas que tiene.

Si te interesa saber más sobre este aspecto te dejo algunos libros:

Las voces de la locura: Una breve introducción a la psicosis, con la que tendrás una muy buena base.

Estructuras clínicas y psicoanálisis: Este libro hace un breve acercamiento a las distintas estructuras con un ánimo divulgativo y cercano.

La personalidad normal y patológica: Este es un clásico del psicoanálisis, otra introducción sencilla y amable a la visión freudiana del psicoanálisis. Es verdad, que en algunos momentos se vuelve farragosa su lectura, pero bueno.

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