El mes pasado hablábamos sobre el regalazo por parte de Gedisa, Neurobiología del amor. En este caso traemos un libro parecido, al tema del anterior, pero Boris Cyrulnik nos habla sobre la importancia del vínculo amoroso para la salud mental.
En este libro nos vamos a encontrar una explicación más detallada de la teoría del apego. No va a beber tanto del trabajo de Mary Ainsworth y sus estilos de apego, si no que se va a fijar mucho más en los trabajos de Peter Fonagy, el discípulo de Anna Freud y padre de la mentalización.
Consideraciones previas…
Si el libro, Bajo el signo del vínculo, os gustó este posiblemente sea una delicia. Podríamos decir que es una segunda parte o una ampliación de éste. En el caso contrario, os recomiendo que aún así lo leáis. Una vez más tiene un lenguaje sencillo, pero utiliza menos términos lacanianos, lo que facilita su lectura.
Es verdad que el autor es uno de los mayores exponentes de la psicología positiva, detrás de Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi, ya que fue el padre del término resiliencia en psicología. Sin embargo, no va hacer gala de un discurso positivista y vacío de lógica alguna, como bien nos recuerda Rafael Pardo.
Cuando hablo de vínculo amoroso, puede ser paterno – maternofilial, entre amistades, fraternal, docente – alumnado, entre otros. En definitiva, que no lo leas solamente como el que se da entre las parejas, sino la importancia de tener una buena red social.
Aspectos positivos…
El autor nos vuelve a demostrar la importancia de establecer buenos vínculos con las personas. El punto original de esta obra es que no se centra tanto en la infancia, sino que explica como en la vida adulta podemos transformar esas heridas, darles un nuevo significado. En esta parte, es verdad que le da mucho énfasis a la vida en pareja, pero de vez en cuando muestra que la comunidad puede desarrollar esta misma función.
El libro también da varias explicaciones a distintos fenómenos que ocurren a nivel biológico en los hombres y en las mujeres y cómo estos afectan en la socialización y en el devenir de la vida. Es importante, entender que hay momentos más o menos críticos en la vida de cualquier persona para conseguir desarrollar un vínculo más significativo y duradero.
En muchos textos de la teoría del apego, nos encontramos que los distintos de estilos de apego son inalterables. Esto no es del todo cierto, algunas investigaciones más actuales demuestran que estos vínculos pueden adulterarse. Es decir, aumentar o disminuir sus características. Todo en función del ambiente que rodee a la persona.
Sin lugar a dudas, el mejor punto positivo que se le puede sacar al libro es el final. Acaba con un precioso poema y Boris Cyrulnik es tan humilde que reconoce que el poeta, Louis Aragon ha sido capaz de expresar todo lo que él quería en 7 versos. ¿Algo impresionante, no?
Aspectos negativos…
Sin duda Boris Cyrulnik tiene una gran habilidad a la hora de escribir, pero hay en momentos en los que su pasión poética le invade y hace que el texto que tienes entre manos sea complejo de seguir o de entender. En momentos divaga tanto que no sabes si te has saltado un párrafo o algún aspecto que pueda dar cabida a esa nueva información.
A mí me hubiera gustado poder leer más conclusiones. Sin duda, las hipótesis son las herramientas que tiene la ciencia para poder seguir avanzando. Soy un fiel temeroso de los discursos absolutistas y que al menor margen de duda se retuercen como peces. Sin embargo, me parece importante poder tener más claves concretas sobre las interacciones entre los vínculos o cómo entender correctamente la resiliencia.
Valoración final…
Boris Cyrulnik sin lugar a dudas no da puntada sin hilo. Creo que es un libro importantísimo para cualquier persona, ya que el amor líquido campa a sus anchas. Zygmunt Bauman falleció ya, pero el término que nos legó sigue muy vigente, quizás más que nunca.
Sin lugar a dudas, esta obra demuestra que si prestamos más atención a cómo formamos nuestros vínculos y también socialmente facilitamos la profundización de estos todas las personas estaríamos mucho más sanas. Desde la promoción de la salud se ha visto que las sociedades en las que hay un apoyo comunitario, sea religioso o no, las personas enferman menos y de hacerlo de una manera más leve. Me atrevo a decir, que incluso quizás la tasa de suicidios bajaría en caso de poder tener más y mejores vínculos.
Este libro tiene muchos toques psicoanalíticos. Esto ya indica que en algunos momentos se hará un poco complicado de leer, pero da igual tu corriente psicológica. Para cualquier ser humano tener vínculos es necesario y sinónimo de salud mental.
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