Laura Perls es la gran olvidada en la Gestalt y cuando alguien se acuerda de ella siempre es como la «esposa de Fritz Perls«. ¡Viviendo en la frontera va a cambiar esto! Esto ha sucedido por la escisión entre los padres de esta terapia, pero también porque Claudio Naranjo, el discípulo más famoso de Fritz Perls, nunca quiso darle demasiada voz. Sin embargo, tuvo muchísima importancia en el desarrollo de la terapia y como Albert Rams deja caer en este libro, puedes escuchar la reseña aquí, Laura Perls sí que fue clave para el libro «Yo hambre y agresión«. Sin embargo, vamos a pasar a hablar del libro Viviendo en la frontera…
Aspectos positivos…
El libro comienza con una entrevista a la autora en la que rápidamente se puede ver que la terapia gestalt no es hacer cualquier cosa. Una de las grandes críticas a esta corriente humanista es que se trabaja mucho desde la intuición, sin hipótesis, etc. Esto es en parte verdad, ya que Fritz Perls, sabía lo que se hacía y no daba puntada sin hilo. Viviendo en la frontera nos va a dejar muchísimas hipótesis muy interesantes y también una forma de entender a la persona bastante distinta a la que podemos encontrar en libros de Fritz.
Uno de mis problemas suele ser explicar qué es y que no es la terapia gestalt. Actualmente hay gestalt terapia transpersonal, sexoterapia gestalt y mil millones de cosas más. Laura Perls en esta ocasión nos deja claro que esto no es gestalt. La gestalt es verdad que trabaja con todo lo que resulte útil al paciente, pero con cabeza y no todo vale. Ella lo explica maravillosamente bien y deja muy claro que si ahora viese el clown esencial, entra para hacerte una mejor idea de por qué lo digo, o parte de lo escrito por el genio Pedro de Casso, posiblemente se pondría a dar sartenazos en varias cabezas.
Desconozco si Laura había coincido con John Bowlby o si después de su ruptura con el psicoanálisis se había dedicado a leer la teoría del apego, pero la verdad es que su explicación del apoyo aclara muchas cosas de esta teoría. Esto del apoyo, se relaciona con el trabajo de Wilheilm Reich y Alexander Lowen, y permite entender el por qué encaja tan bien con la terapia Gestalt.
Como último punto, Laura hace grandes críticas al psicoanálisis, pero a diferencia de su marido, nunca reniega de su pasado y es capaz de rescatar muchas cosas de la obra freudiana. Es más, gran parte de su forma de entender la psique humana y su desarrollo es similar a la de Sigmund Freud, mas la forma de trabajar es dónde hay una radical diferencia.
Aspectos negativos…
Viviendo en la frontera no esquiva el problema de cualquier colección de textos, la falta de coherencia entre los capítulos. Es verdad que no están organizados de cualquier manera, puesto que al seguir un orden cronológico se puede leer los textos de Laura psicoanalítica, muy complicados de entender, por lo menos para mí; pero algunas veces no hay ningún hilo entre ellos. En otros momentos, la información se puede repetir un poco.
Al igual que pasó en psicodrama de Jacob Levy Moreno en este libro también hay un capítulo bastante complicado de leer. En este caso no es debido a la psicometría de hace un siglo, sino a que es una transcripción de un trabajo grupal que hizo ella. Al faltar el lenguaje no verbal, el tono de voz, caras, etc.; se queda pobre y resulta muy tedioso de leer.
Como son varios textos independientes, muchas veces te vas a encontrar la misma información una y otra vez. Algo parecido a lo que pasaba con este libro, que una y otra vez invocaban el lema del libro y al final lejos de ser didáctico se hacía muy cansado. En «Viviendo en la frontera» no es tan exagerado, pero se repite varias veces que la Gestalt no es un conjunto de técnicas y/o estrategias.
Valoración final…
Da igual si eres Francisco Peñarrubia o un estudiante, como es mi caso, Viviendo en la frontera tiene que pasar por tus manos para poder entender mucho mejor la terapia Gestalt y sobretodo para conocer el otro lado de esta maravillosa herramienta de trabajo. No te preocupes porque no es para nada tan farrogoso como los textos de Fritz Perls o imposibles como Lacan.
Es muy bonito, que no sencillo, el leer el cambio de pensamiento que fue sufriendo Laura Perls. De ser una psicoanalista ortodoxa, como lo fue Carl Rogers, ¿no lo sabías? ¡lee esta reseña!, a ser la madre de la corriente terapéutica más famosa del humanismo.
Te animo a que lo leas y que dejes tu comentario en el blog a ver qué te ha parecido!
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