La depresión y el cuerpo, un acercamiento a la bioenergética

Una breve reseña sobre un libro bastante famoso de Alexander Lowen, el padre de la bioenergética. La depresión, al igual que en su época, está a la orden del día y es mejor saber cómo podemos tratar con ella.
depresión

Hablar de la depresión es un tema bastante recurrente en muchos ámbitos. Sin embargo, ¿hablar de si la depresión influye en el cuerpo? Eso es algo que no se escucha mucho. Quizás hayas podido leer algo en libros de lenguaje no verbal en los que hablan de esto, pero te aseguro que no de esta forma. 

Este libro fue escrito por Alexander Lowen, el padre de la bionergética. Una corriente que mezcla el humanismo y el psicoanálisis y tiene el cuerpo como objeto de estudio, una variante de la psicosomática. Este libro se parece, en algunos aspectos, al «El cuerpo emocional«, pero sigue siendo único. Es verdad que plantea una forma de estudio y de análisis muy diferente al del El cuerpo nunca miente, quizás te interese tener un acercamiento previo a adquirirlo

Aspectos positivos…

Es de los pocos libros que explica de manera detallada su visión sobre la depresión y además, propone ejercicios claros y concisos, además de con esquemas dibujados. Son ejercicios que cualquier persona puede hacer en su casa, es más, él los recomendaba hacer cada uno en su privacidad.

Al igual que Viktor Frankl, también contempla el sentido de la vida, Lowen lo llama fe, como un elemento indispensable para superarla. A diferencia del «Hombre en busca del sentido» aquí sí se da una explicación larga y detallada, sobre lo que entiende el autor por fe. Ya os adelanto, que no tiene nada que ver con ninguna religión o filosofía.

Muchas de sus hipótesis parecen estar cumpliéndose, una sociedad cada vez más mecanizada, donde las relaciones sociales cada vez se cuidan menos, todo está más informatizado. Es más, con la pandemia cada vez más estamos utilizando herramientas telemáticas para poder comunicarnos y esto es un problema. Martin Seligman y sus seguidores es algo que han criticado con mucha razón, necesitamos comunicarnos cara a cara. 

Aspectos negativos…

Su visión sobre la depresión es un tanto confusa, puesto que presenta algunos casos clínicos, pero ni es muy completa y tampoco se diferencia muy bien cual es el discurso del autor y el del paciente. Si te interesa conocer algo más, esta obra te interesará, ya que en sus últimos capítulos hace un buen análisis de la melancolía. 

Algunas de las conclusiones que saca para fundamentar sus teorías son de dudosa calidad, sobre todo las que hacen referencia al aura de la persona. No he investigado sus investigaciones, pero como las describe no dan mucha confianza. Hay que tener cuidado con basarnos en pseudociencias o en resultados sostenidos en aspectos incalculables.

Su análisis de los discursos de los pacientes, algunas veces tiene toques demasiado dramáticos, podríamos decir que encajarían en las películas de Disney. Él entiende que por tirarte en una colchoneta con los brazos alzados y gritar por qué, sino se hace con sentimiento es porque nunca hubo una madre disponible. Me parece algo demasiado simple para algo tan complejo, para eso prefiero la teoría del apego, que ofrece hipótesis interesantes y refutables. No hay más que ver los resultados de Mary Ainsworth en relación a los estilos de apego

Valoración final…

No es una obra maestra, es verdad, pero tiene varios puntos muy interesantes. Tiene mucha influencia del yoga y varios de sus postulados, como por ejemplo la importancia de estar enraizado para prevenir la depresión, sí que apuntan a tener cierta veracidad, puesto que sí que se sabe que las personas con depresión sino tienen relaciones sociales, es muy fácil que empeoren.

Por otra parte, otra parte de sus postulados podrían tildarse de especulativos o poco profesionales, porque las conclusiones están basadas en historias clínicas poco claras . A su vez, sus teorías están en contra posición con otras corrientes más fundamentadas, como la Gestalt, el psicoanálisis, en su variante de la psicosomática o de Peter Fonagy.

En definitiva, no es una obra de arte, pero si tienes interés en el trabajo con el cuerpo sea con personas con depresión o no, este puede ser un inicio, teniendo claro, que como siempre, no es todo oro lo que reluce.

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