Muchas veces escucho en consulta a personas que explican que están durmiendo mal o simplemente que durmiendo unas 5 horas ya les vale, que dormir está sobrevalorado.
Es más, hay trabajos en los que impiden un correcto descanso, como pueden ser los nocturnos, sean continuamente o por turnos; gran exigentes o aquellos en los que las horas extras se dan por supuesto. Esto seguramente te resultará conocido, ya que la precariedad laboral puede ser tu realidad o la de alguna persona cercana a ti.
El anterior párrafo no es solo una proclama política, sino que es un factor que también afecta al durmiente, ya que no solamente las horas de sueño son las importantes, si no también su calidad.
¿Cómo le afecta el sueño al cerebro?
En muchísimas culturas la noche tiene una importancia muy grande. Desde trampolín para grandes relatos mitológicos, hazañas históricas e inspiración para grandes artistas.
A su vez, se han dedicado ríos de tinta a los sueños, síntoma más característico de cuando dormimos. Es más, de vez en cuando se oye «yo no sueño nunca» y la ciencia ha demostrado que no es así, siempre se sueña, aunque no lo recordemos.
Desde chamanes en América hasta científicos como Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, han dedicado tiempo y escucha a poder entender qué secretos pueden encerrar elementos tan escurridizos como son los productos oníricos.
¿Qué sucede cuando dormimos?
Nuestro cerebro cuando estamos descansando, al contrario de lo que se intuye, es el momento en el que más actividad tiene. Pero eso lo veremos más adelante.
Al principio, el cerebro se va relajando, las ondas cerebrales se van volviendo más lentas, sin embargo, llega un momento en el que el pico de actividad cerebral pasa a ser muy alto. De hecho, el más alto de todo el día, en la famosa fase REM. En este momento es cuando se sueña y es más complicado despertarnos.
Es muy habitual que los ojos se nos muevan a gran velocidad, este fenómeno es conocido como MOR. No siempre está, pero siempre que está significa que la persona que está durmiendo está en la fase REM.
Las neuronas al dormir
Al cerebro le gusta dormir, es más lo disfruta tanto que es el momento en el que refuerza el sistema inmune, limpia de toxinas el cerebro e incluso consigue hacer un barrido de todos los datos que no han tenido un impacto emocional en la persona.
Esta limpieza tiene propiedades preventivas para las enfermedades neurodegenerativas, ya que hay una relación entre las toxinas que no se depuran durante la noche y el alzhéimer, por ejemplo.
A su vez, si quieres estudiar cualquier cosa, dormir bien, te va a permitir que el cerebro pueda mantener una mejor atención, a la vez que lo que aprendas se vaya a quedar mejor fijado en tu memoria.
¿Cuándo es mejor dormir?
El cerebro, tiene un sistema para la vigilia – sueño muy curioso. Cada vez que se oscurece, el cerebro piensa que se acerca el momento de dormir y comienza a segregar todas las hormonas que te van a inducir la sensación de necesitar descansar.
El ejemplo más extremo, es el de las gallinas, que cuando no hay luz, se quedan dormidas ipsofacto. En el caso de los humanos no es tan extremo, de lo contrario nuestra supervivencia estaría en constante peligro. Sabiendo esto, seguramente entenderás mejor el por qué en invierno las personas se sienten más cansadas.
Cambios en el humor
No dormir correctamente va a hacer que estés más irascible, más olvidadiza y te vas a frustrar mucho más. Actualmente hay una gran tasa de estrés y no permitirte descansar lo suficiente va a conseguir que nunca dejes de estar estresado.
Dormir es fundamental para aparcar las tensiones del día. No sólo a nivel fisiológico, necesitas sentir que ha habido un parón en tu actividad, es decir, en ese problema, que seguramente persistirá al día siguiente, pero tiene un principio y un fin. Si no sientes esto, es imposible relajarte.
Aquí te dejo un pequeño libro, que me ha parecido bastante interesante, desconozco si merece la pena, pero la verdad tiene muy buena pinta. Es importante, que seas capaz de regular tu propio sueño, conoce cuantas horas necesitas, formato, etc.