El don que tiene esta obra es que es una guía para cualquier terapeuta, sea nuevo o aventajado. Para los que se estrenan en este mundo, tendrán un soporte en caso de que tengan dudas, o quieran ser»terapeutas salvadores» como decía Fritz Perls. Para aquellas personas que tienen mucha experiencia también resultará interesante poder comparar su saber con el de esta mítica figura de la historia de la psicología.

Irvin Yalom es un autor y psicoterapeuta muy conocido tanto por el público profano como en la psicología. Personalmente yo me enamoré de su prosa en el libro Un año con Schopenhauer. También tiene un conocidísimo libro, en el que plantea que pasaría si Nietzsche hubiera ido a terapia, pero por ahora vamos a hablar de «El don de la terapia«.

Aspectos positivos…

Es una obra muy necesaria para poder perder algunos miedos que podamos tener los que nos iniciamos en este mundo, como por ejemplo trabajar con los sueños o cómo actuar si hay una declaración de deseo sexual por parte de la persona atendida.

Hace mucho énfasis en la ética profesional. Nos recuerda que no estamos trabajando con tornillos, ni tuercas, sino con personas, habitualmente dañadas, que buscan un guía, no un verdugo.

Es muy sencillo de leer, puesto que está compuesto de notas que él ha ido escribiendo a lo largo de su dilatada carrera, por lo que podemos leer un capítulo cualquiera sin tener la necesidad de haber leído los anteriores, aunque sí que es recomendable.

Aspectos negativos…

La obra hace en varios momentos bastante énfasis en saber cómo se va la persona, cómo ve la semana siguiente, para saber si el trabajo está siendo óptimo o no. En mi opinión, no siempre vas a salir de la sesión contento y muchas veces querrás matar a tu terapeuta y es importante que así sea. Ese tipo de preguntas no sé si responden más a la necesidad del profesional o a la del paciente. 

He echado de menos que mencionara a más autores, evidentemente habla de Freud, y también de Perls, pero da más importancia a filósofos como Schopenhauer o Kierkegaard, que a Lacan.

Me hubiese gustado más explicaciones sobre cómo trabaja él en las terapias grupales en vez de dar tanto énfasis al trabajo con sueños. El autor es un reconocido teórico sobre los grupos, al igual que pudo ser Carl Rogers en su época. Es verdad que tiene obras sobre la temática, pero en esta creo que hubiera sido importante darle algún que otro espacio. 

Valoración final…

Es evidente que no existe un libro perfecto, sino este espacio no tendría sentido, pero esta obra es sencillamente genial y salvo detalles, merece estar en tu estantería. Tiene utilidad para el terapeuta novel como para el experto, ya que a pesar de que la práctica hace al maestro siempre hay viejas manías. 

Además de lo anterior, también hace una crítica, muy realista, tanto a la corriente cognitivo conductual como a las terapias breves. Éstas afirman tener un gran rigor científico, pero carecen de datos a largo plazo, sean de carácter cuantitativos o cualitativos. Otro don de este libro es que es capaz de acabar con algunos mitos de esta ciencia. 

También critica algunos aspectos del psicoanálisis, pero una vez más, al igual que John Bowlby u Otto Kernberg, Irvin Yalom demuestra que sí que es una corriente científica. Está más que demostrado que la infancia sí que influye en la vida adulta. Mary Ainsworth consiguió evidencia científica para demostrar lo anterior y Boris Cyrulnik nos muestra otras facetas de este aspecto tan crucial. 

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