Es muy habitual hablar del efecto placebo, tanto en el mundo de la investigación como en el coloquial. Sin embargo, no nos podemos hablar de su gran némesis, ¡el efecto nocebo!
La diferencia es muy clara, el efecto placebo se presenta cuando creemos que un medicamento o intervención más o menos invasiva nos va a reportar salud o mayor bienestar. Un ejemplo claro es de las pseudociencias, en dónde creemos que por hacer un ritual podemos sanar. Si mejoramos, es por otros factores no por el ritual en sí o también nos podemos quedar igual. Los fármacos tienen una parte de efecto placebo, la confianza que ponemos en la persona que nos lo receta o el personal de la farmacia dónde lo compramos.
Sin embargo, también existe le efecto nocebo. Éste es justo al contrario, creer que algo no va a ser saludable, lo cual hace que en caso de que tenga algún efecto potencialmente saludable éste se reduzca o que algo que es inocuo resulte dañino.
¿Es importante conocer este efecto?
Nuestra mente algunas veces nos puede jugar malas pasadas. Tenemos desde las ilusiones ópticas de la clásica escuela alemana de la Gestalt, hasta el mundo onírico, en dónde hay personas que disfrutan de una gran libertad creativa y otras se encuentran sufriendo enormemente.
La psicología positiva ha hecho un gran hincapié en dar a conocer la importancia de poder pensar de manera positiva y los beneficios que tiene para la salud, aunque no nos olvidemos de ir con pies de plomo…
La sombra del efecto nocebo en los síntomas
Como ya se sabe muchísimos fármacos o todos tienen algún efecto secundario. Los hay cuyos efectos son muy probables y notorios, como la caída de pelo en la quimioterapia o aquellos que se presentan muy de vez en cuando como zumbido en los oídos al tomar ibuprofeno.
Sin lugar a dudas, cualquier fármaco nos puede generar alguna vez efectos secundarios y no siempre tiene por qué ser gracias al efecto nocebo, pero éste los puede amplificar en caso de que tengan que estar.
Otra forma de entenderlo puede ser gracias a Patch Adams, el padre de la risoterapia. La risa como tal no es una rama terapéutica, pero sí que puede ayudar a sobrellevar experiencias muy complicadas como los procesos oncológicos. Si te interesa investigar un poco más, te recomiendo este regalazo de Bibiana Ripol, Mi único sí. Es decir, si durante el tratamiento mantenemos una actitud pesimista y depresiva, tendremos peores resultados.
Mejoría reducida
Actualmente se habla mucho sobre los efectos del estrés tan dañinos en la salud y poco a poco se va hablando cada vez más sobre la importancia de aumentar nuestros niveles de oxitocina en nuestro día a día, la hormona del placer.
Esta hormona también puede aparecer mientras tenemos una charla amable y alegre. Esto es extrapolable a la confianza que podemos depositar en la persona que nos de el tratamiento. La bata blanca, por ejemplo, pone una distancia entre médico y paciente que puede aumentar este efecto.
Ámbito de la investigación
Sin duda, el efecto placebo en el mundo de la investigación ha sido ampliamente estudiado para así decidir cuándo un medicamento, tratamiento, etc.; es eficaz o no. Sin embargo, hay datos que demuestran que dependiendo de los detalles que tengan las personas pueden tener una reacción negativa ante el experimento.
Cuanto más sepamos sobre este efecto, podremos presentar los tratamientos de una manera más adecuada para así conseguir que el efecto nocebo sea lo más ínfimo posible y así aumentar los beneficios del mismo.
¿Conocías esta realidad respecto a las investigaciones? Si te dedicas a la investigación y puedes arrojar más luz sobre este tema, ¡estaré encantado de poder leer tus aportaciones en los comentarios!