¿Idealizar a mi pareja es un problema?

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Actualmente se habla mucho sobre la importancia de la salud de las parejas e incluso se tiende a hablar sobre el amor líquido sin haber leído a quién lo acuñó… Una de las grandes preocupaciones suele ser la idealización de la pareja.

¿De verdad idealizar a tu pareja es un pecado tan grande? O por el contrario… ¿es algo necesario? En este post intentaremos arrojar algo de luz a este asunto tan complicado y del que tanto se habla.

¿Qué es idealizar a alguien?

El proceso de idealización no solamente se da en las parejas, sino que le pregunten a todas las celebridades famosas en el mundo entero, que cuando apuestan por algo parece que tienen un efecto masivo en la sociedad. Por suerte, esta situación no nos convierte en borregos descerebrados, sino que le pregunten a Arii, quién tuvo que pedir ayuda por las redes para poder dar salida a las camisetas.

Cuando hablamos de idealizar a nuestra pareja, hacemos referencia a esos primeros momentos de las parejas en los que no somos capaces de ver ninguna falta en la otra persona, sea física o psicológica. Un ejemplo podría ser el momento en el que nos damos cuenta de que nuestra pareja siempre llega tarde. Antes se podía decir que se lía con cualquier cosa, que quizás no ha visto bien la hora, etc. Es verdad que si la situación llega a puntos extremos, lo habitual es que esto se hable, pero se le ponga mucho maquillaje, es decir, que no se le de la importancia que tiene.

En definitiva, idealizar a alguien es exagerar las virtudes de dicha persona y taparse los ojos ante los defectos de la otra persona. Sin embargo… ¿esto es malo en sí mismo?

Idealizar a mi pareja, ¿conlleva una relación tóxica?

Actualmente está de moda el término tóxica en la boca de todo el mundo, pero nadie tiene muy claro a qué se refiere. Una posible definición de relación tóxica podría ser aquella en la que una de las personas o ambas, dejan de crecer a nivel personal o incluso se van marchitando. Normalmente, esta situación se da cuando una de las personas de la dupla es incapaz de «desidealizar» a la otra persona. Es decir, los problemas vienen cuando no somos capaces de bajar del pedestal en el que le hemos subido a la otra persona.

Sin embargo, si te sientes en esta situación y estás en los primeros meses de relación, no tienes de qué preocuparte, es totalmente normal y necesario. Si desde el primer momento ves todos los defectos de tu pareja, no se te para un poco el mundo al verle o verla, entonces seguramente es que no estés en un proceso de enamoramiento. Lo preocupante no es, si sientes mariposas en el estómago, se te encoge o simplemente estás pensando en esa persona de manera compulsiva. El problema radica en dos patas.

  • Cuando esta sensación se desvanece, tengo la necesidad de cortar con la pareja, ya que el compromiso que viene después no me interesa, no es de mi agrado.
    • Si te encuentras en esta situación, sería interesante que pudieras reflexionar sobre por qué tienes tanto miedo a comprometerte de manera adulta, en el sentido de una manera más profunda.
  • Si no soy capaz de renunciar a esa sensación.
    • Esta situación

Es verdad que en la adolescencia este momento se vea muy exagerado por el proceso de desarrollo que se encuentran. En la vida adulta lo habitual es que este proceso no se de con tanta fuerza, aunque las series americanas nos vendan que sí que es así. Esto no quiere decir que las personas adultas no se enamoren, solamente que la intensidad con la que se vive, no tiene por qué ser tan grande. En caso de que seas una persona adulta y te enamores con tanta fuerza, en principio no debería haber ningún problema. Otra cosa es que todas las emociones las vivas de una manera muy intensa, entonces quizás este libre te pueda resultar interesante.

¿Por qué es importante?

Lo hemos ido comentando a lo largo del post, pero todas las parejas necesitan maquillarse en exceso al principio. Es una señal de salud en la pareja, ya que esa persona con la que compartimos varias esferas de nuestra vida y ocupa, o debería, un lugar un importante en nuestra vida. Ésta tiene que tener una justificación para tener una presencia mayor en nuestra vida que otras. El ser humano, como nos recuerda António Damásio, tiene que hacer un equilibrio entre la intuición y la racionalidad.

¿Cuándo se convierte en un problema?

Como cualquier cosa en esta vida, los extremos son malos, aunque en un principio pudieran ser una buena base. En el caso que nos ocupa, la idealización de las parejas, es fácil identificarlo: No eres capaz de ver un defecto en ella. Es muy probable que me digas «¡Paul! Sí que soy capaz, porque es impuntual, desordenado…, pero en el fondo me da igual, ya que es una maravilla». Seguro que este tipo de frases te suenan de algunas personas de tu alrededor que se han encontrado en una relación de pareja.

El problema radica en que saben que la otra persona tiene aristas que limar, pero no son capaces de sostenerlas, es decir, los niegan o maquillan de tal manera que queden en un leve susurro, si nos ponemos técnicos hablaríamos de que tenemos los mecanismos defensa en pleno funcionamiento. Esto en un principio, como hemos dicho antes, puede ser muy beneficioso, pero ninguna relación se sostiene sobre un castillo de naipes.

Si estoy en esta situación… ¿Qué puedo hacer?

En redes sociales se dan consejos de manera muy rápida y por bien intencionados que estén, suelen fallar bastante. Lo primero es hablar con tu pareja. Coméntale cómo te cuesta poder aceptar alguna faceta de él o ella que te cuesta poder aceptar. Si te da mucho miedo, puedes escribirlo en formato de carta, preparar un poco el espacio o seguir los consejos que te dejé aquí sobre la comunicación asertiva.

Ten claro que dejar de idealizar a tu pareja no significa ni quererla menos, ni cortar con ella, simplemente es poder aceptarla de una manera más integral. Esto a priori puede sonar muy complicado e incluso extraño, pero es la  clave para el éxito de cualquier pareja, poder aceptar que hay aspectos de ella que nunca podrás comprender, amar o soportar, pero que siempre estarán ahí. El aprender a bailar con ellos, te va a permitir poder ser feliz junto a dicha persona.

Evidentemente, tu pareja también tendrá que ser consciente de qué aspectos son los que tanto te molestan e intentar poder paliar esos desaires que te pueda ocasionar. ¡Ten cuidado y no caigas en la melancolía y pienses que todo es tu culpa! Recuerda la ética aristotélica, todo en su justa medida.

Un libro que te puede ayudar

Siete reglas de oro para vivir en pareja

Este libro está escrito por un psicólogo muy importante, el padre del «Laboratorio del amor». Se ha dedicado a estudiar a muchas parejas para poder entender por qué algunas viven felizmente casadas durante años y otras no aguantan ni dos meses. Contiene claves basadas en aspectos científicos y claves concretas. Es muy fácil de leer y de aplicar a tu día a día.

Si te queda curiosidad, en su día, hice la reseña del libro. La verdad es que es uno de los libros que más recomiendo a todas las parejas o personas que les preocupa vivir en pareja. Si después de leer el libro, te apetece apoyar al blog, ¡puedes comprarlo aquí!

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