¿Los lapsus… qué son?
A todos y todas nos ha pasado que íbamos a decir una cosa y nos sale algo totalmente distinto. A esta situación tenemos que añadir cuando creemos haber leído algo que no es o queremos escribir algo y luego resulta que era lo contrario. Para la psicología era algo que no tenía mucha importancia, hasta que el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, se dio cuenta de que estas equivocaciones no eran tan aleatorias como podríamos pensar.
Antes de dar algunos apuntes más sobre los distintos lapsus que existen, es importante entenderlos como cualquier mecanismos de defensa, si te interesa saber más sobre ellos te invito a leer este documento; aunque en este caso la información que contiene el inconsciente esta un poco más cifrada y por ello pasa más fácilmente las defensas del Yo.
¿Qué tipo de lapsus hay?
Lapsus de la lengua
El ejemplo del título sería un lapsus linguae, una equivocación a la hora de hablar. Según la teoría del padre de Anna Freud, si dedicamos tiempo a pensar las asociaciones que nos vienen a la cabeza al pensar en ese lapsus, es muy probable que encontremos una solución.
Un ejemplo es la frase que pone en la foto pone: ¡Te amodio!. Es evidente que la palabra la podemos dividirla en dos, amo y odio. Si siguiésemos tirando de asociaciones quizás nos demos cuenta de que el día 9 de enero era el aniversario de mi anterior relación y que a esa persona la odio.
Mi inconsciente me la ha jugado, puesto que a nivel consciente no me acordaba de este aniversario, pero el inconsciente es más sabio que él y recuerda que esa es «maldita». Este es un breve ejemplo del proceso que uno puede hacer para entender mejor un lapsus. Es verdad que hay momentos en los que la solución a este dilema tarda un tiempo en llegar.
Lapsus de escritura
Un lapsus de escritura sería aquel en el que escribimos una palabra, una fecha, una palabra, frase, etc.; que sabemos escribir perfectamente, sea nuestra lengua materna o extranjera, pero que de repente escribimos mal. Para que de verdad sea un lapsus no puede haber intencionalidad, es decir, no podemos fallar a propósito y tenemos que saber que podemos escribirlo correctamente. El proceso para poder encontrar que es ese aspecto desagradable que queremos evitar es similar en todos los lapsus.
Lapsus leyendo y escribiendo
También están los lapsus de lectura y de escucha. El mismísimo Freud ya indicó que hay que tener en cuenta si la persona tiene alguna dolencia física que le impida ver, hablar, oír o escribir entonces hay que ir con mucho más cuidado, puesto que igual no es un contenido del inconsciente que se ha colado, sino algo fruto de la enfermedad.
El mismo Oliver Sacks en su libro, Alucinaciones, afirma que en las personas que sufren parkinson tienen alucinaciones que son fruto de las lesiones cerebrales, estas conclusiones son resultado de la investigación de diversos psicoanalistas. Este importante divulgador científico demuestra de esta manera que en el psicoanálisis no todo vale y que sí que se sigue un método científico.
Es importante remarcar que da igual la estructura clínica que se tenga, en todas ellas hay lapsus y la forma de poder descubrirlos es similar. Sin embargo, en la estructura psicótica hay que caminar mucho más cuidadosamente, ya que es posible que se destape algo que el poco Yo de la persona no pueda soportar. En las estructuras neuróticas no siempre toca la lotería, puesto que las resistencias inherentes a cualquier persona , también pueden hacer que la persona no quiera ver nada de nada.
Si tienes interés en saber más sobre estos fenómenos te insto a leer Psicopatología de la vida cotidiana, en unas semanas saldrá la reseña del mismo.
Si te ha gustado te invito a hacer este sencillo ejercicio que se presenta en el libro, piensa en un número de manera aleatorio, da igual las cifras; y después atendiendo a las asociaciones que os vayan apareciendo podréis averiguar que ese número no es tan aleatorio como parecía. ¡Os leo en los comentarios!