En este espacio, hemos hablado muchas veces del vacío en forma de duelo o si te dedicas a la clínica, es posible que hayas escuchado sobre la «Clínica del vacío«. Sin embargo, nunca lo hemos abordado desde un síntoma no tan habitual, el tiempo libre.

(Igual pensáis, pero Paul ¡quién podría tener problemas en ese momento!)

Hay muchas personas que desean tener tiempo para poder disfrutar de aquellos aspectos vitales que durante la jornada laboral es imposible, mas al tener esos momentos te lleva a una gran pregunta ¿Ahora qué?. Este vacío a algunas personas le pueden agobiar mucho, ya que la ausencia de planes o quehaceres puede asustar mucho.

Antes de que seguir, no puedo evitar recordar la reunión que tienen el Comerrocas, el fuego fatuo, el diminutense y el silfo nocturno sobre la Nada que afecta al mundo de Fantasía. Si no sabes de lo que te hablo, es del inicio de la Historia interminable, una obra maravillosa de Michael Ende, que además de disfrutar la lectura podrás identificarte con estos personajes ante el vacío.

¿Qué es el tiempo libre?

El tiempo libre se puede definir como todos esos minutos en los que puedes escoger libremente qué hacer. Esto significa que no son los ratos muertos del trabajo, ya que ahí estás bastante coartado sobre qué hacer y qué no hacer. Seguramente tendrás bastante claro ya qué es este concepto, pero ten en cuenta que este tiempo comienza desde que acabas de trabajar. Es decir, cómo tú decides ocupar este tiempo es tu decisión, ¿Cómo te suena esto?

Es decir, ir a por tus hijos, hacer la compra o limpiar tu casa es parte de tu tiempo libre. Es importante tener este en cuenta, ya que seguramente lo primero que habrás pensado es que es mentira, que no puede ser tu tiempo libre ese.

(La reacción de algunas personas)

Sin embargo, es así. Esto es importante que lo tengas en cuenta, gran parte de tu tiempo libre está reglado por tareas, horarios, etc. Cuando hayas dejado de flipar o te hayas desenfadado conmigo, vuelve a leer la definición. (¿Lo has hecho ya?) Ten en cuenta que ese tiempo que tú empleas, lo haces porque quieres. Existe la posibilidad de no hacer la compra y morirse de inanición, comprar comida en restaurantes, robarla, etc. Las obligaciones sociales, no son heteroimpuestas, al contrario, son autoimpuestas.

En varias ocasiones hemos hablado sobre la importancia de hacerse cargo de nuestras propias decisiones, emociones, etc.; ya que de lo contrario, como bien nos recuerda la psicoterapia Gestalt, sólo conseguimos generar agujeros en nuestra personalidad.

El vacío y el tiempo libre…

Retomando lo anterior, espero que no te hayas ido ni que hayas decidido que soy un completo loco, tenemos una situación muy interesante delante. Tengo mucho más tiempo libre del que pensaba. De éste, para poder vivir en sociedad de una manera más o menos civilizada, tengo que ocuparlo con tareas escogidas por mí.

A pesar de todo, y no toda la culpa es del consumismo, el ser humano desde siempre ha querido disfrutar del esparcimiento y sentir que tiene la capacidad de hacer lo que le plazca.

En el mundo antiguo podemos ver las palabras de Epicuro y en el mundo más moderno, como han ido evolucionando las tradiciones a cada vez más festivas. Muchas de éstas, surgieron con el objetivo de poder hacer menos pesada la existencia humana, ¿Cuántas tradiciones conoces y cuántas opciones de pasarlo bien?

Escoger es renunciar

Mira bien la foto. Hay 9 puertas, todas idénticas ¿Cuál escogerías? Tomate el tiempo que quieras.

¿Te parece complicado? Posiblemente, te surjan muchas dudas, ¿Qué hay detrás de cada puerta?, ¿Será la correcta?, Si escojo la 4ª… ¿será mejor o peor que la 1ª? Estas preguntas nos las solemos hacer siempre que tenemos que tenemos que tomar una decisión. Cuanto mayores sean las opciones, menos seguridad tendremos de que lo escogido es lo correcto.

Esta sensación de no saber, de no tener claro qué es lo correcto, normalmente lo vivimos como un vacío, que incluso en ocasiones puede asemejarse a la ansiedad. No sabemos a qué tenemos que renunciar, que en eso consiste escoger, y la cosa se complica mucho más si a lo que podemos renunciar es a disfrutar del tiempo libre, que creemos que es muy poco, limitado y excesivamente valioso.

Es una apuesta muy grande y complicada, de ahí la sensación de no saber qué hacer y la incertidumbre que lo acompaña. «Está muy bien, ¿pero y si me equivoco? Sólo tengo dos semanas de vacaciones» o «¡No sé que hacer, no sé qué escoger!» , estos son algunos de los comentarios que he escuchado en consulta varias veces. Las realidades muy distintas, pero tenían un punto en común, el abismo de qué hacer con su tiempo libre.

Llenar el tiempo o permitir que «nos hable»

¡Llena tu tiempo libre! es un eslogan muy importante y repetitivo, tanto como el de «¡Fórmate!» durante la pandemia. Tenemos la gran costumbre de intentar llenar todos los vacíos y más hoy en día. El mercado ya no satisface necesidades, nos crea necesidades continuamente y es casi imposible poder resistirse a ella.

Está claro que tener un gran vacío en nuestro interior nos lleva a estados melancólicos, dicho de otra manera, estados de una gran tristeza, dolor y autorreproches muy complicados de gestionar. Sin embargo, no todo tiene que ser un agujero negro, también podemos encontrar vacíos muy fértiles, en donde podamos encontrar qué es lo que realmente nos apetece. O simplemente, poder disfrutar del camino de descubrir aquello que nos apetece.

Paul, ¿Cómo nos habla el vacío?

Evidentemente no va a ser una conversación al uso, pero sí que puedes aprovechar a investigar cómo se siente tu cuerpo, qué es lo que te va apeteciendo hacer… Cosas sencillas, me duele aquí o me duele allá, siento que tengo muy relajada esta parte u otra. Llevo días pensando en que quizás ir a la playa no sea el mejor plan, quizás me doy una buena vuelta por el barrio a ver cómo está cambiando.

Quizás ninguno de estos hilos nos lleve a la salida del laberinto, pero lo que está claro es que el Minotauro no nos va a comer, ya que nos estamos moviendo y en donde hay movimiento, hay vida.

Compañeros de viaje

Las cuatro nobles verdades

Si alguien sabe del desapego y de poder manejarse en el vacío, además del psicoanálisis, es la religión budista. Seguramente ya te suene el libro, ya que hace bastante tiempo hicimos la reseña del mismo, pero creo que para este tema es un muy buen aliado. Te permitirá ir cultivando el desapego y quizás poder disfrutar de tener ese vacío. Si quieres comprarlo, sólo tienes que hacer click aquí (además de disfrutar de una gran obra, ¡apoyas al blog!)

La enfermedad del aburrimiento

La Dra. Josefa Ros es una filósofa que está haciendo una investigación muy interesante sobre el aburrimiento, tanto a nivel teórico como a nivel práctico. Su muestra son personas en una residencia de ancianos, ¿conoces a alguna población más aburrida? Aún no he tenido la suerte de poder leer su libro, ni sus investigaciones. Sin embargo, está teniendo mucha repercusión y seguramente puedas aprender mucho de su investigación, tanto teórica como práctica. Aquí puedes comprar su libro, ¿a qué esperas?

El error de Descartes

Hemos hablado muchísimo de escoger, de lo complicado qué puede resultar hacerlo, etc.; y es imposible no mencionar a António Damásio. Este neurocientífico ha hecho estudios muy interesantes sobre el cerebro y también sobre las elecciones que hacemos a lo largo de nuestra vida. En esta obra, el autor consigue desbancar la división cartesiana mente/cuerpo, y plantea una hipótesis muy interesante. Sé que te está causando mucha curiosidad, así que te recomiendo primero poder leer la reseña que hicimos y cuando veas lo genial que es, puedes comprarlo y de paso apoyar al blog.

Recuerda, no hace falta que rellenes tu tiempo libre, sino, ¡disfrutar de él!