Ignacio Martín – Baró, el hombre de la foto, además de ser psicólogo, fue filósofo y sacerdote. Todo estos elementos le permitieron acercarse a la teología de la liberación. Tuvo tanta influencia en su persona, que desarrolló la psicología de la liberación. Con este enfoque, Ignacio quiso demostrar que la psicología tenía que salir de los laboratorios para poder estar con las personas de manera más cercana. A su vez, también rechazaba la idea de qué estudiando a una persona se pueda generalizar sus datos, como Piaget o Freud.
Desde esta perspectiva la salud mental no se entiende cómo traumas reprimidos, como en el psicoanálisis, o experiencias de gran contenido emocional. Esta teoría entiende que dichos problemas son heredados a nivel social, de generación en generación. Una extensión de la teoría sistémica. Sus ideas tuvieron tanto impacto, que le asesinaron por ellas.
Esta es su obra, muy recomendable: